Un 7 de mayo de 1924
"Solo ese balance sereno indicará qué tipo de modernización, reforma, relanzamiento, oxigenación o tal vez refundación sería necesaria y viable".
Por Javier Barreda
Los 90 años del Apra en la política y la justicia social tienen un valor. Tiempos de persecución y momentos de triunfo producen muchos balances. Los historiadores de izquierda han sido severos e injustos con el aprismo; para las ciencias sociales Haya de la Torre y el Apra fueron lo incomprendido y disfuncional.
Sin embargo, tras nueve décadas de transformaciones, furias, esperanzas, errores, emociones insurgentes, fallidas conspiraciones, victorias y obras, no hay balance más justo y necesario que el que puede hacer sus propios militantes.
Gran parte de su clase dirigente nacional y regional (con claras excepciones) no puede hacer mucho por oxigenar a un partido de tan variada clase de historias, leyendas, posibilidades y realizaciones.
El Apra requiere de un balance activo desde sus aún anónimas y nuevas promociones, sus dirigentes más legítimos y próximos protagonistas ante un Perú donde el antiaprismo puede ser lógico pero también injusto y menos irreductible que antes. Solo ese balance sereno indicará qué tipo de modernización, reforma, relanzamiento, oxigenación o tal vez refundación sería necesaria y viable.
Por ello, surgen algunas interrogantes. Primero: ¿cuán vigente es para nuestros días lo que escribió y propuso Haya de la Torre y los aportes y actitudes heredados de Sánchez, Orrego, Seoane, Prialé, Arévalo y más? Segundo: de lo vigente, ¿cuánto y cómo ayuda a responder a las emociones, necesidades y proyectos de las mayorías de hoy? Tercero: ¿están dispuestos a construir un proyecto que le dé al Apra más décadas de protagonismo popular en un país que necesita y demanda en múltiples formas dignidad, justicia y libertad? Estas preguntas son claves.
Pero además tienen más sentido si se hacen y responden asumiendo que el Apra nació con una ética de servicio y valores solidarios forjados en desconocidos militantes. Ello es todo un desafío: sostener estas banderas en medio de pragmatismo, cálculos, egoísmos y soledades de nuestros tiempos. Que el Apra cumpla 90 años en un país de contadas permanencias, ya dice mucho de la fuerza creadora y la mente brillante de quienes lo inspiraron, forjaron y lideraron por décadas. Y más con una posible tercera responsabilidad en 2016, tal vez la más difícil de su historia.
Publicado en Exitosa Diario, 8 de mayo del 2014
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