martes, febrero 27, 2007

Lucha contra criminalidad y corrupción

Los retos del nuevo ministro del Interior, Luis Alva Castro • Especialistas opinan que el tema de la seguridad ciudadana, la reforma policial y la lucha antidrogas debe marcar la pauta.

1] Seguridad ciudadana

De entrada, la percepción de los limeños sobre la inseguridad ciudadana debería constituir una alerta para el estrenado ministro del Interior Luis Alva Castro. El 80% de los habitantes de la capital tiene como principal preocupación ser víctima de un robo en las calles, el 55% teme ser agredido por las pandillas juveniles y el 40.9% vive intranquilo por el consumo y comercialización de drogas, según la última encuesta de Imasen sobre el tema.

"El delito es un oneroso impuesto a la pobreza, en ese sentido son los sectores más pobres los que sienten el tema de la seguridad ciudadana como una prioridad esencial que debe asumir el nuevo ministro", opina Gustavo Gorriti, director de Área de Seguridad Ciudadana del Instituto de Defensa Legal (IDL).

Para él, la seguridad ciudadana como parte de la lucha contra la criminalidad depende de un conjunto de factores interrelacionados. "Se requiere de una articulación estrecha entre la Policía y otros estamentos como la parte fiscal y judicial del proceso. No solo se requiere el aspecto policial para tener un instrumento eficaz del control del orden. Existe la necesidad de una actividad constante en el plazo inmediato, también en el mediano y largo plazos", afirma.

Aunque revertir la alta sensación de inseguridad no solo depende de una efectiva labor policial, los altos niveles de delincuencia resultan determinantes para que más del 53% de los limeños desapruebe el desempeño de los policías.

2] Reforma policial

Combatir la corrupción al interior de las fuerzas policiales es otra tarea pendiente en la agenda más aún cuando se vive en una sensación de impunidad permanente.

"Si ya entramos en la parte interna del sector, la reforma policial es indispensable para lograr niveles de eficacia y esto incluye desde el tema de los ascensos policiales hasta los mecanismos para lograr la meritocracia policial y enfrentar la corrupción", explica Gorriti. Y luego plantea una interrogante: "Queda preguntarse si Alva Castro lo podrá hacer. Todo el mundo promete ser implacable, pero se necesita mucho más que decirlo. Él es todavía un signo de interrogación, de repente resulta teniendo una vocación oculta".

El aumento de sueldos a los policías aparece como una medida importante si se busca eliminar los factores que condicionan la corrupción. Y esto porque los sueldos del personal policial están por debajo del promedio de lo que gana un empleado público. Un suboficial de tercera gana aproximadamente 900 soles, un monto que no guarda gran diferencia con lo que recibe cada mes un alférez o un teniente, a pesar de tener un rango mayor.

Asimismo, la reforma tendría que pasar por la redistribución del personal policial. Un solo dato confirma esta necesidad: mientras que en de San Juan de Lurigancho, hay un policía por cada 970 habitantes, en San Isidro hay un efectivo de seguridad por cada 170.

3] Narcotráfico

Luis Alva Castro asume la cartera del Interior en momentos en que la producción de la cocaína va en subida. Según el informe de 2006 de la Oficina de las Naciones para las Drogas y el Crimen (Unodc, por sus siglas en inglés), la producción potencial de la cocaína alcanzaba en 2000 las 141 toneladas métricas y en 2005 llegó a 180. Esta última cifra equivale a 4.140 millones de dólares que mueven las mafias, si se considera el precio de la cocaína en el mercado estadounidense.

Sin embargo, la Unidad de Inteligencia Financiera apenas ha detectado 21 casos de lavado de dinero de la droga, por un valor de 379 millones de dólares, lo que representa 9,1 % de los recursos que mueven los narcotraficantes en un año.

De las 180 toneladas métricas de cocaína que se produce al año en el país, la Dirección Nacional Antidrogas solamente decomisa 14.6 toneladas, el 8.33%. La labor de control de los insumos químicos que se utilizan para el narcotráfico resulta igual de preocupante: el año pasado la Policía solo logró incautar el 2% de estos productos, menos de la mitad de lo que se capturó en 2005.

Para revertir este escenario adverso, el nuevo ministro debe tomar la decisión política de enfrentar el narcotráfico, afirma el especialista Rubén Vargas de Inforregión, considerando cinco acciones: 1) Operativizar la ley de control de insumos químicos especialmente del kerosene que es el segundo insumo más usado luego de la hoja de coca, en la elaboración de la pasta básica. 2) Continuar con la erradicación de la hoja de coca ilegal. 3) Repotenciar la Unidad de Inteligencia Financiera para detectar el lavado de activos. 4) Tener un aparato judicial especializado en la lucha contra el narcotráfico. 5) Ingresar en la selva alta con programas de desarrollo luego de que el Estado logre crear las condiciones mínimas de seguridad en la zona.

Por su parte, Gorriti señala que Alva Castro debe tener en cuenta la "lección de treinta años de estrategias fallidas en la política de erradicaciones de cultivos de hoja de coca, la cual ha sido contraproducente por concentrarse en enfrentar la base social de la economía de la coca descuidando la parte de arriba de la pirámide donde está la oligarquía de los narcotraficantes". Para el periodista, los esfuerzos deben concentrarse en desbaratar a las mafias.

Reacciones

"Un partido de gobierno tiene todo el derecho de tomar gente de su propio partido (como Alva Castro)".

Rafael Rey
Ministro de la Producción

"Pareciera que empezó el copamiento aprista con la designación del nuevo ministro del Interior".

Víctor Andrés García Belaunde
Congresista AP
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1 comentarios:

Nuevo Sistema Penal Acusatorio dijo...

“EL PATRULLERO DE MI BARRIO”, LA TEORIA DE LA “VENTANAS ROTAS” Y LA “TOLERANCIA CERO”.
Son respuestas a la inseguridad ciudadana que no garantizan eficacia en sus resultados

Por:
Enrique Hugo Muller Solòn
Abogado
Ex – Defensor del Policía (2005 – 2006)
mullerabogados@hotmail.com

El problema de la inseguridad en el PERU, viene provocando, entre otros muchos efectos, la elaboración y aplicación improvisada y difusa de estrategias ministeriales, policiales y de gobiernos locales, intentando cada una de ellas dar una respuesta inmediata a la comunidad que clama con justicia mayor Seguridad Ciudadana. Los últimos treinta años, en los cuales el problema de la inseguridad pública se ha instalado con tenebrosa solidez, han sido testigos de innumerables “programas” antidelictivos con resultados ciertamente desiguales en lo que se refiere a su eficacia. Todas pretenden prevenir y reducir la frecuencia o limitar la posibilidad de aparición de actividades criminales haciéndolas imposibles, más difíciles o menos probables, pero ninguna de ellas responde a un estudio de investigación serio, basado en experiencias anteriores, proyectos pilotos, medidores de gestiòn, u otra forma de garantizar su evaluación, sus resultados, su permanencia y su consolidación. Los expertos internacionales en temas de Seguridad Ciudadana, han integrado todos estos esfuerzos por mejorar la situación de criminalidad existente y que es común a todos los países de la región en cuatro grandes modelos internacionales de Seguridad Ciudadana.

El primero de ellos se ha denominado de Prevención Social del Delito. Según esta corriente, la acción criminal florece a partir de un conjunto de factores anteriores a su perpetración, por lo que es necesario disminuir las tendencias criminales de la población considerada de riesgo orientada a interrumpir la carrera delictiva.

El segundo modelo es el denominado “Prevención Situacional del Delito”. Supone el hecho de que los delincuentes no sólo requieren motivaciones sino también de una oportunidad respecto de la selección de blancos alcanzables que están en un momento concreto sin vigilancia o control social. Por lo tanto, si se trabaja consecuentemente sobre los mecanismos de control, será posible disminuir las conductas criminales en acto o en potencia, pues se han reducido las oportunidades para que ésta se manifieste.

El tercer modelo, es el que se denomina “Prevención Multi - agenciada del Delito”. Se sustenta en el concepto de "responsabilidad ciudadana" para la prevención y disminución del crimen, basado en compromiso de diferentes agentes sociales en procesos descentralizados que logren superar el verticalismo estatal, a través de la conformación de Consejos o Comités de Seguridad Ciudadana.

El cuarto modelo corresponde a la llamada “Prevención Comunitaria del Delito”, el cual surge como una posible alternativa viable en medio del debate en torno al eje articulador de las estrategias contra la delincuencia. En es rubro encontramos las teorías de la “Tolerancia Cero” y de “Las ventanas rotas”

Dicho esto, y haciendo uso de mi derecho constitucional de libertad de opinión y en mi condición de ex – Defensor del Policía, puedo decir que todo parece ser que la inseguridad ciudadana seguirá siendo un problema creciente en el Perú, porque se siguen ensayando “Programas” carentes de sustento técnico, en algunos casos tratando de imitar experiencias internacionales, pero sin el soporte ni la infraestructura humana que le corresponde, porque ningún nuevo esquema de trabajo tendrá éxito, si no tenemos en cuenta al Policía, al profesional de la seguridad ciudadana, al experto, a la persona que llevará adelante estas nuevas estrategias; es el caso que el Señor Ministro del Interior Luis Alva Castro y el Señor Director General de la Policía Nacional del Perú Octavio Salazar Miranda, nos han anunciado como novedad para mejorar los niveles de seguridad ciudadana y reducir en 10% los niveles del índice de delitos cometidos en los tres primeros meses de implementado el “lanzamiento” del programa “El Patrullero de Mi Barrio” http://www.mininter.gob.pe/noticias/noticia.php?C_WC1Page=6&cat=1&sub=0&web=4427, estrategia policial que no es ninguna novedad en el Sector Interior ni en la Policía Nacional del Perú, porque este anuncio también lo hizo en su oportunidad el entonces Ministro del Interior Rómulo Pizarro Tomasio, noticia difundida el 24 de Febrero del 2006 en la Web del “Regional de Piura”, http://elregionalpiura.com.pe/archivonoticias2006/febrero_2006/febrero_24/regionales_24f.htm, y desde entonces a la fecha, la situación de inseguridad en el país es cada vez mayor.

Programas como “El Patrullero de Mi Barrio” (copia incompleta del modelo internacional de POLICIA COMUNITARIA que por alguna razón no se le quiere presentar con el nombre que se le reconoce internacionalmente), la aplicación de las estrategias de las “ventanas rotas” o de “tolerancia cero” requieren en primer lugar antes de ser aplicado una total transformación gerencial de la policía que va a administrar y llevar adelante esta estrategia. El cambio de orientación de lo reactivo a lo proactivo, el acercamiento con las comunidades, el uso eficiente de la tecnología y la rendición de cuentas, no es un tema que puede estar ajeno a la ejecución de este Programa. No es fácil llegar a ser un Policía Proactivo, existe todo un proceso de cambio por recorrer, que pasa desde la selección del personal, el perfil, la capacitación, el estudio de la zona de trabajo, el equipamiento, los primeros contactos con la comunidad, las alianzas estratégicas, las redes de apoyo, la selección de programas definidos, la metodología a emplear, los sistemas de evaluación de resultados, etc. , pero sobre todo la decisión policial para lograr un cambio de cultura organizacional, descentralización del servicio policial y el apoyo total a esta nueva modalidad del servicio policial. El “Patrullero de mi Barrio” o “policía comunitaria” requiere contar necesariamente con agentes policiales de nuevo tipo.

Este modelo de accionar policial proactivo, que representa un fuerte avance en las relaciones comunidad – autoridad local - policía y que conjuga adecuadamente la prevención del delito, con el trabajo reactivo y represivo que realiza la policía frente a la inseguridad ciudadana, tiene que convertirse en una realidad nacional pero no de manera improvisada, ni haciendo anuncios que de alguna manera pareciera que solamente pretenden mejorar la imagen del Sector Interior frente al incontenible avance de la criminalidad. El PERU demanda una Policía Nacional que comprenda junto a su rol histórico de combatir el delito, el respeto irrestricto a los derechos humanos y a los derechos de la niñez, pero que además se convierta en garante de los derechos y libertades ciudadanas de las personas, es decir del derecho a transitar con tranquilidad, a mejorar su calidad de vida, a tener paz y tranquilidad en sus barrios, a tener una convivencia pacifica con sus vecinos, a sentirse seguro en sus casas y en sus centros de trabajo.

La Policía Comunitaria o si se le quiere llamar “El Patrullero de Mi Barrio”, debe ser entendida como un Servicio de Patrullaje proactivo que trabaje en todos estos aspectos y que además propicie generar Cultura de Seguridad Ciudadana, para que cada ciudadano sea consciente del rol que le corresponde en la sociedad para mejorar los niveles de seguridad y convivencia pacifica, pero no engañemos a la sociedad ni subestimemos a nuestros efectivos policiales, en nuestra Policía Nacional del Perú existen Policías (hombres y mujeres) deseosos de participar de estas nuevas experiencias, algunos de ellos con amplios conocimientos prácticos en la aplicación de la metodología proactiva que deben ser convocados como Instructores y capacitadores; si esto no es así, si no se cuenta con una verdadera voluntad de cambio en la Policía Nacional, si no se hace una selección previa, si no se facilitan a los integrantes de nuestra Policía de los instrumentos y de más habilidades para poder desarrollar esa tarea, para entender la diferencia, para entender que también se necesitan formas diferentes de ver las cosas y de trabajar con personas que posiblemente tengan que entender muchas cosas que desconocen, no se lograrán mejores resultados que de los hasta hoy existentes. El esfuerzo de la Policía Nacional del Perú tiene que pasar por eso. La formación y la capacitación es muy importante y creo que aún es escasa puesto que estamos frente a un nuevo discurso, el discurso proactivo; un discurso que no tienen aún muchos de los policías que se encuentran día a día en la calle. Traslado mis puntos de vista al Señor Ministro del Interior y al Director General de la Policía Nacional del Perú.


(*) Ex – Defensor del Policía (2005 – 2006). Abogado en ejercicio. Estando en servicio activo en la PNP con el Grado de Coronel PNP fue autor y director del Proyecto “POLICIA COMUNITARIA” de la ciudad de Trujillo – PERU (2003 – 2005), única experiencia de este tipo realizada en el Perú hasta la fecha.

 
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